martes, 8 de junio de 2010

LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES

En el día de hoy he dado por finalizada la lectura del libro, cuyo título no está en consonancia con el texto, puesto que en realidad la historia versa sobre un periodista de investigación acusado de difamación hacía un empresario relevante, y en su afán de redimirse como periodista y redimir a la revista para la que trabajaba, en su lucha por aportar pruebas convincentes contra el empresario, encuentra en ese camino una enreversada historia de una familia poderosa, donde los crimenes de un sádico son transmititos a su hijo para que continue el mismo camino, convirtiendose éste en un asesino en serie.
Hecho que nada tiene que ver con la violencia en sí hacia las mujeres, puesto que dichos asesinos se ensañan principalmente en ellas por ser más fácil presa, con lo que se denota la cobardía de ese tipo de personas, incapacez de enfrentarse y asesinar a hombres, por estar más igualadas las fuerzas.
Los sadicos, los asesinos en serie, no son otra cosa que seres con acuciantes problemas mentales.
En la novela tanto el asesino como la mayoría de las mujeres asesinadas, jamás llegan a ser conocidos por el mundo, dandose dichas mujeres como DESAPARECIDAS.