martes, 19 de agosto de 2014

EL JARDINERO FIEL de John Le Carré

¿Ficción o realidad?, el autor al final del libro nos deja unas notas aclaratorias, yo diría más bien que las dejó para lo que por aquí llamamos "curarse en salud", o sacudirse las moscas....
Puede que Justin y Tessa nunca hallan exIstido, o puede que sí bajo otros nombres, al igual que Wanza.
Lo cierto es que aunque la Dispraxa nunca existiera, ni la peste blanca o tuberculosis, los experimentos de medicamentos en humanos son una realidad, que les toca siempre a los más desfavorecidos, utilizados de conejos de indias humanos, pues con algunos se ha de probar, las grandes industrias farmaceuticas convencidas de que esos seres son algo menos que humanos, y adoradoras solo del dios BENEFICIO, se lucran de la falta de cultura de esas poblaciones en su mayoría africanas, a las que dan de antemano por muertas, si con ello logran salvar alguna vida, un beneficio para las poblaciones occidentales desarrolladas, dan por buenas estas prácticas.
Ahora me pregunto si está sucediendo lo mismo con el virus del Ébola, y con el medicamento del que se habla.
Justin, tras el asesinato de su esposa, deja el secretariado de la embajada en Nairobi, y va tras los pasos de ella, hasta descubrir toda la trama, la causa que le llevaron a la muerte, y saber  cuantos la habían traicionado, Tessa luchaba por la verdad, y esa verdad, nunca debía ver la luz, tenían que pararle los pies, y como en una cospiración, todos se volvieron en su contra, eran muchos los intereses económico que esa verdad conllevaba, y que estaban por encima de los derechos HUMANOS.