viernes, 24 de octubre de 2014

LAS TRES BODAS DE MANOLITA de Amudena Grandes

Como decía un personaje del libro que leí con anterioridad "las guerras civiles no terminan nunca"  y se ve que es así, por eso Almudena escribió éste a estas alturas de la vida, como tantos otros autores, la nuestra, parece no tener fin.
Por el título creí que Manolita se casaba tres veces porque enviudaba, y no era así, las bodas eran solo un encuentro entre los presos y sus mujeres que compartian la intimidad de ese hecho con otra pareja, pero para ello era necesario pagar a un capellan. sobre ello doy por supuesto que nada sabían las instituciones.
con frecuencia tenemos la osadia de juzgar a unas y a otras, sin pensar que son a las personas a quienes debemos juzgar y no a las institucuines, que no se atienen a lo que dictan sus estatutos. como sucedía tambien en aquellos conventos donde iban las hijas de las presas, para ser educadas, sin embargo había monjas que se saltaban su cometido y las explotaban como le sucedió a Isa Perales, eran esas "hermanas o madres" como se hacian llamar las que tenian el corazon negro, despiadado, y no quienes crearon esa faceta de nuestra historia.
Un persoanje singular fue Roberto Conesa, por el que tal vez haya que sentir compasión, los traidores en el fondo la merecen, porque deben sentirse muy solos cuando juegan con dos barajas, no pueden confiar en nadie, todo han de guardarlo dentro, su ambición no tiene límite.
" PORQUE EXISTEN HAMBRES MUCHO PEORES QUE NO TENER NADA QUE COMER, INTERPERIES MUCHO MÁS CRUELES  QUE CARECER DE UN TECHO BAJO EL QUE COBIJARSE, POBREZAS MÁS AXFISIANTES QUE LA VIDA EN UNA CASA SIN PUERTAS, SIN BALDOSAS NI LÁMPARAS." (PAG 596).
En Cuelgamuros muchos presos con su trabajo redimieron su condena, como quizá tantos otros en minas, ferrocarriles y pantanos. Algunos llevanban allí a sus esposas y convivian cuando les era posible, como dos personajes  de estas historia, Silverio y Manolita, que sin estar casados lo estaban, habían comprado un libro de familia falso al capellan de la carcel de Polier, por 800 pesetas, toda una fortuna.
Al tener conocimiento de este hecho, me pregunto, ¿cuantas personas compraron certificados falsos y nunca estuvieron en realidad casadas?. Imagino, que con el paso del tiempo algunas lo hicieron de verdad, pero otros alegarian si se indagaba en juzgados o Iglesias, que la documentacion, con las revueltas de aquellos tiempos, se había perdido.