La trama gira alrededor del Tesorero, que oficialmente lo único que de él se sabe es que murió en la hoguera, victima de la Inquisición, si las pesquisas de ésta sobre su persona eran ciertas o no, en la actualidad nadie puede tener certeza, aquellos que la tuvieron, que vivieron en esa época, se llevaron el secreto a la tumba.
Veo más como protagonista de la obra a Diego Rivera, del que nada se sabe de su progenitor, ni las causas por las que su madre habitaba la Casa Grande junto a don Pedro, ni por qué éste le pagó los estudios en Salamanca.
Cuando Diego regresa de Salamanca convertido en todo un bachiller, encuentra que su madre ya no vive en la casa Grande y que Córdoba es un desastre, tanto en cuanto a convivencia, como a la violencia desatada por la Iglesia que aspira al tener el poder absoluto sobre los reyes y hacendados.
Las tramas que descubre Diego en torno a la vida de este y sus aspiraciones ambiciosas, lo llenan de congoja, no era el hombre que él conocía y que había idealizado. El descubrir la maldad que llevaba dentro lo apesadumbraba, y quería cambiar cuanto fuera posible su desmedida ambición, destruyendo a los más humildes.
Hasta tal punto había maldad en el corazón del tesorero, que envenenó las fuentes de Córdoba para que la población enfermase.
Pag: 128. Es difícil Jacobo, encontrar las razones de la maldad humana.
Pag: 151 . Quien domine las conciencias, dominará el mundo.
Don Pedro avasallaba al pueblo, al clero, y hasta los mismos nobles, era un prestamista ambicioso, que además se jactaba de ello.
Temía que llegase hasta Córdoba, impuesto por los reyes Católicos, el tribunal de la santa inquisición, donde muchos de los conversor fueron llevados a la hoguera.
El miedo que se asediaba se debía a que él provenía de una familia de judíos conversos, y además era sadomasoquista.
Lo que tanto temía, llegó.