Un aplauso para el autor, para su vida, para su escrito, y en especial para ese padre que murió asesinado.
Sublime, profundo, y duro, muy duro, sobre éste libro dijo Manuel Rivas: "Lo que voy leyendo de Héctor Abad lo voy guardando como migas de pan muy esféricas, pulidas, luminosas para cuando tenga que atravesar un gran bosque en la noche".
Pag 123: Por éste ejemplo de los dos, mis hermanas y yo sabemos, hoy en día, que hay un único motivo por el que vale la pena perseguir algún dinero: para poder conservar y defender a toda costa la independencia mental, sin que nadie nos pueda someter a un chantaje laboral que nos impida ser lo que somos.
Leer, y volver a leer una página, y otra más, para profundizar en sus palabras, reseñar?.. todo el libro, palabra por palabra, la vida interior tan rica, y como consecuencia la exterior de Héctor padre, tan bien explicada por el hijo, el ejemplo del cubo con sus seis caras, equiparándolo a las personas, sengun donde estemos situados es la cara que vemos, o la arista, pero nadie puede saber que esconde la cara que apoya y sostienen a las otras.