Impresionante la vida del autor, ya que la novela está basada en sus propias vivencias, en como se convirtió en un chico de la calle. Como la vida le ofreció mejores oportunidades y sin embargo se aferró a la mala vida, por lo que hoy cumple condena.
Quien la hace, la paga, al menos así creo debe ser. Tal vez no le importaba la vida, de ahí su famosa frase, "hoy es un buen día para morir", . Demuestra a pesar de todo, en el fondo, un buen corazón, aún con su madre, que le abandonó sin darle una explicación, llevándose a sus hermanos y dejándole con su abuelo-padre, ambos la abandonan a su suerte por su enfermedad en una residencia-hospital, al cuidado de extraños, pero él, se la lleva de allí y se hace cargo de ella.
Muy triste la violencia que nos muestra por parte de aquellas guerrillas Centro Americanas, y esa mención que hace uno de los personajes, (nosotros lo hacemos por poder, por dinero, pero ellos lo hacen por el simple placer de torturar). ¿Qué placer puede haber en ello?.
Ni una lágrima, ni millones de ellas, compensan el dolor de las victimas, de l@s desaparecidos, me ha partido el alma el saber que jamás por aquellas tierras existió carcel alguna, los apresaban, los torturaban, y los arrojaban a un oceano lleno de tiburones. QUE DIOS LES PERDONE.
