La literatura del siglo XIX es muy diferente de la actual, la prosa se asimilia en ocasiones al poema, y en otras se dificulta su lectura ya que se utilizan palabras que aun estando registradas en el diccionario estan en deshuso.
En Doña Berta, página 34 dice así: Parece que hay dos almas - se decía a veces -; una que se va secando con el cuerpo, y es la que imagina, la que siente con fuerza, pintorescamente; y otra alma más honda, más pura, que llora sin lágrimas, que ama sin memoria y hasta sin latidos.... y ésta alma es la que Dios se debe de llevar al cielo.
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