La lucha por el poder que nos muestra es llevada hasta el extremo de la violencia sin reparar en nada.
Logrando a cada instante, que los inocentes pareciesen culpables, para que la plebe arremetiese contra ellos. Dejando en parte a Alá como responsable y justiciero.
Al sumergirme en aquel mundo musulmán y trasladarme a ese pasado tan remoto, me reafirmo en la idea de la suerte que he tenido de nacer aquí y ahora en éste nuevo A- landalus.
Pag. 34:- Un buen constructor puede echar una capa de argamasa en un muro y dejar su superficie lisa como el mármol, pero en su interior siguen las fisuras y su debilidad es la misma de antes.
Una madre, Abdallah, nunca se rinde porque en su mente solo alberga el bien para su vástago y con esa máxima jamás puede darse por vencida; si cae, se levanta, si no la oye, grita.- Pag: 52
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