lunes, 12 de julio de 2021

La Tribuna de Emilia Pardo Bazán

 Emilia a travéz de su narración nos lleva hasta la década de los sesenta y principios de la setenta del siglo diecinueve, un mundo desconocido para el mundo actual salvo por lo que nos muestran los escritos, ese lenguaje en parte olvidado, no ya del gallego ya que la novela está emplazada en La Coruña, hay palabras que a veces nos resultan familiares porque las escuchamos en su día en boca de nuestro@s abuel@s.

Amparo (La Tribuna) es la protagonista que comienza a mostrarnos sus vivencias de casi niña, aunque un poco mujer para aquel tiempo, liberal desde su infancia se adentra muy pronto en el mundo de la política, ansiosa ella como sus compañeras cigarreras de que por fin se proclamase la Republica federal, y que los Borbones y otros reyes de otro pais fuesen erradicados del nuestro. Gustaba de leer la prensa a sus compañeras y soliviantarlas hacía el mundo de la liberación de la mujer, donde cada cual debería protegerse a sí misma, ya que nadie colocaría a su puerta un guardia que la protegiera, las incita hasta la huelga para cobrar las mensualidades que les adeudaban, a pesar del terror que muchas de las trabajadoras de la fábrica de tabaco sintieron, la secundaron, y logró su objetivo.

Su vida llena de miserias aunque no siempre de necesidades, transcurre al final de la obra como la de tantas mujeres de su clase, vejada por la clase social alta, para la que la plebe femenina no es más que objeto de placer. convirtiendose en madre soltera.


En la página 121 Amparo nos muestra su despotismo y desprecio hacía el trabajador Chinto que estaba al servicio de sus padres que pertenecía a una clase aun inferior a la suya, y ella que siempre se sintió excluida por los de clase superior no sintió en ningún instante compasión por aquel joven.