martes, 6 de diciembre de 2022

CENTAUROS de Alberto Vázquez Figueroa

 En la novela se nos muestra a rasgos generales la vida de algunos de los conquistadores de América, a quienes llamarón Centauros, entre ellos a Alonso de Ojeda, muy estimado por Isabel la católica, que antes de embarcarse en el segundo viaje de Colón, era más bien un saltimbanqui, un bufón al principio de su existencia, y un espadachín consumado, por dar muerte a todos aquellos a quienes retaba en duelo, o lo retaban a él en un intento de vencerle, de conseguir su fama, no le gustaba dejar a nadie con vida, porque era peor según él, estar lisiado y no poder ganarse la vida, que estar muerto.
 Sus duelos a espada se dieron por terminados cuando embarcó, y siempre sintió remordimientos por su vida pasada, temeroso de que Dios no le perdonase, por lo que pidió a los que le rodeaban, que rezasen por él ante su tumba.
 Muy rastrero por su parte, el método que ingenió para dar caza al jefe de una tribu.
 Nunca deseó la gloria, ni honores ni fortuna, la mayor parte de su vida transcurrió con muchas penurias económicas, fue admirado por muchos.
 La invasión de América, más que una conquista, fue lo antes citado, y una destrucción de una vida en libertad, en concordancia con la naturaleza, en que vivían los indígenas.
 Tribus enteras desaparecieron de la faz del planeta.