Miguel, el autor, como tantos otros personajes que figuran en el libro, se lanzaron a la aventura en África, en pos de sus sueños, a algunos les costó su salud y su fortuna, pero nunca dejaron de soñar, de explorar, de descubrir, de saber.
Me ha impactado la frase en que hacen alusión algunas africanas, para ofrecer sus servicios, para ellas el sexo, nada tiene que ver con el concepto que sobre ello tienen o tenemos los europeos, el ofrecer sus cuerpos y cobrar por ello, es lo más natural del mundo, tanto como respirar:
Pag. 39:NOSOTRAS SIEMPRE ESTAMOS POR AQUÍ. PARA LO QUE SEA.
El tráfico de esclavos por parte de España fue muy relevante, hasta que Fernando VII fue compensado por una generosa suma por parte de Gran Bretaña, entonces lo abolió.
La esposa de Iradier, y su joven hermana que la acompañó, padecieron las consecuencias de las aventuras de aquel, con muchas penurias, que de quedarse en España y no acompañarle, habrían evitado, sin embargo, su hijo Manuel, único sobreviviente de los tres hijos del matrimonio, acusó a su madre de egoísta, de mala esposa, a pesar de ser victima de su gran amor y del machismo de padre e hijo. Ambas mujeres, eternamente olvidadas.
Pag. 155: VIAJAR ES EMPAPARSE CON LA SABIA DE LAS NACIONES, LLEGAR A SUS
RINCONES MÁS RECONDITOS Y, SOBRE TODO, RELACIONARSE CON LOS LUGAREÑOS.
Mary Kingsley, fue la primera mujer que se aventuró en África a subir al monte Camerún, sin renunciar a su condición de mujer, siempre fue vestida al modo tradicional europeo, y en una ocasión se alegró de ello , porque eso le salvó la vida. Fue más bien en busca de la muerte, se sentía abatida, sola, y encontró toda una vida llena de aventuras y descubrimientos extraordinarios.
Para hacer una buena síntesis del libro serían necesarias muchas páginas, pero la conclusión a la que he llegado es: QUE NADIE NOS ROBE NUNCA NUESTROS SUEÑOS, A PESAR DE LAS CIRCUSTANCIAS.
